jueves, 8 de mayo de 2008

Estudio confirma que asentamiento chileno Monte Verde es el más antiguo de América

Monte Verde.

Washington.- Monte Verde, en el sur de Chile, existió hace más de 14.000 años y es el asentamiento humano más antiguo del continente americano, según confirman científicos estadounidenses en un estudio que hoy publica la revista Science.

La conclusión del estudio realizado por un equipo de antropólogos, geólogos y botánicos encabezados por Tom Dillehay, profesor de antropología de la Universidad de Vanderbilt (Tennessee), se basa en el análisis de unas algas marinas halladas en el lugar, a 15 kilómetros de la costa chilena.

Esos restos tienen entre 14.220 y 13.980 años de antigüedad y confirman que la parte superior del asentamiento, identificado como Monte Verde II, fue creado por seres humanos mil años antes que ningún otro en el continente americano, según el estudio.

Monte Verde, a 760 kilómetros al sur de Santiago, fue descubierto en 1976. Las ruinas del lugar revelan que fue ocupado por entre 20 y 30 personas que construyeron chozas junto a un arroyo.

Los antropólogos hallaron varios tipos de alimentos, incluyendo restos de una especie extinta de llama y de un animal similar a un elefante, así como semillas, conchas de moluscos y vegetales comestibles.

"Algunas algas tenían uso como alimento y otras como medicamentos,” dijo Dillehay, quien agregó que aun en el presente los indígenas de la región emplean algunas de esas algas para el tratamiento de la tos y otros problemas de salud.

Pino también destacó esa persistencia de la tradición medicinal, que ahora se sabe -dijo- que “se remonta a los primeros habitantes de la región.”

Hace un tiempo el anuncio de que el lugar tenía 14.000 años de antigüedad generó una controversia en el mundo científico debido a que parecía entrar en conflicto con la de otros asentamientos humanos en Norteamérica.

Hasta ese momento se creía que la colonización de lo que hoy es América comenzó hace 13.000 años cuando cazadores que formaban parte de la llamada “Cultura Clovis” entraron desde Siberia a través del estrecho de Bering y Alaska y se propagaron por el continente.

Debido a que los objetos encontrados de la cultura Clovis no tenían más de 13.000 años fue difícil aceptar que hubiese un asentamiento mucho más antiguo y, sobretodo, tan al sur del continente.

Sin embargo, la controversia se resolvió en 1997 cuando un grupo de arqueólogos confirmó que el cálculo de 14.000 años de antigüedad para Monte Verde había sido exacto.

Eso llevó a los científicos a determinar que la colonización había comenzado dos mil años antes y que se llevó a cabo principalmente a lo largo de las costas, donde los primeros seres humanos tuvieron un acceso rápido a alimentos procedentes del mar.

Según Dillehay, los hallazgos en Monte Verde son una prueba más de la migración costera, pero al mismo tiempo plantean la posibilidad de que el proceso haya sido mucho más lento de lo que se creía.

Cuando estuvo habitado, hace unos 14.000 años, Monte Verde se encontraba en las riberas de un gran río, a unos 70 kilómetros de la costa y a unos 15 de una bahía.

En el lugar los científicos encontraron nueve diferentes especies de plantas marinas y algas que los habitantes de Monte Verde seguramente trajeron desde el mar, según los científicos.

Los investigadores también hallaron piedrecillas marinas, restos de plantas acuáticas, así como materiales procedentes de un estuario.

"Encontrar (restos de) plantas marinas no fue una sorpresa, pero hallar cinco nuevas especies y con tanta abundancia sí lo fue,” manifestó Dillehay.

"En el lugar hay otros recursos de la costa. Los habitantes de Monte Verde era vagabundos de la playa. El número y la frecuencia de estos objetos muestra un contacto muy frecuente con la costa,” agregó.

Por otra parte, el hallazgo de restos de animales típicamente terrestres demuestra que el grupo se desplazaba entre zonas ecológicas diferentes.

Si los primeros colonizadores del continente tenían un desplazamiento similar entre el interior y la costa, entonces es posible que la migración no fue tan rápida como se creía. Fue más bien “un proceso mucho más lento y deliberado,” indicó Dillehay.

Fuentes: EFE - Diario La Segunda. 8 de Mayo de 2008.