sábado, 15 de junio de 2013

El misterio del Dios del Fuego de la Pirámide del Sol

 La figura del Dios del Fuego.


 El pasado mes de febrero, tras permanecer por lo menos 14 siglos oculta, se presentaba en sociedad una figura de Huehuetéotl, el Dios del Fuego, hallada nada menos que en lo alto de la Pirámide del Sol, en el complejo de Teotihuacán, una de las grandes referencias arqueológicas (y turísticas) de México y de todo el continente americano. La escultura, de 61 centímetros y casi 190 kilos, es la de un anciano sentado en posición de flor de loto, con las manos en las rodillas, moño, tocado, y coronado por un brasero. El hallazgo despertó un enorme interés entre la comunidad arqueológica. Primero por la cantidad de elementos extraños a su civilización que presentaba, aunque eso puede explicarse porque la ciudad, como Manhattan con su Little Italy o su Chinatown, también acogía a otras colectividades. Pero intrigó sobre todo a los estudiosos porque representara al fuego en un lugar que generalmente se cree dedicado a la lluvia. Y se abrió el debate ¿Cambia su descubrimiento el significado que le dábamos a la pirámide?

“El sentido del edificio no cambia”, cuenta Alejandro Sarabia, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que dirigió la excavación, desde su oficina, ubicada casi al pie de la pirámide. Con algunos datos más que hace dos meses y la serenidad que transmite la solemnidad milenaria de Teotihuacán, Sarabia sigue pensando que la estructura estaba dedicada a Tláloc, el Dios de la Lluvia. Pero sí admite que la presencia de Huehuetéotl nos da pistas sobre algunos rituales que allí se celebraban. “La pirámide es maciza”, nos cuenta, “no hay cámaras, como si fuera un edificio privado, o tumbas: su función era simplemente elevar el templo, que estaba en la cúspide, por encima de los hombres. Esa figura nos permite deducir que en ese templo se llevaba a cabo la ceremonia del fuego nuevo, cuando coincidían, cada 52 años, el año solar de 365 días, y el ritual, de 260”.

De la civilización de Teotihuacán, que brilló aproximadamente del siglo I al VII de nuestra era, sabemos muy poco. Dejaron una escritura muy simple que apenas ha sido descifrada y los aztecas encontraron su impresionante ciudad prácticamente abandonada. Por eso bautizaron a su gusto la enorme urbe, ya entonces arqueológica, como Teotihuacán, el lugar donde nacen los dioses, y también dieron nombres caprichosos a sus edificios: la calzada de los muertos - porque suponían, erróneamente que estaba flanqueada por tumbas-, la Pirámide del Sol y la de la Luna. Sarabia encabezó en 2012 el primer equipo de la historia que excavó en lo alto de la pirámide con la intención de encontrar restos del templo y responder a dos preguntas: ¿en cuánto tiempo se construyó el edificio? y ¿alcanzó ya los 66 metros de altura que tiene de un tirón, o fue creciendo en construcciones sucesivas?

Las dos primeras preguntas tendrán respuesta en unos meses. Las muestras orgánicas tomadas en la base de la pirámide prueban que comenzó a construirse entre el año 50 y el 70, y ahora Sarabia ha recolectado otras en la cima, que le permitirán deducir, mediante la prueba del carbono 14, cuánto tardó en edificarse. También ha hecho dos calas para saber si la estructura tuvo ya desde el principio la altura original. Se sabe que al menos en una ocasión, en el siglo III, se ensanchó su perímetro, pero no si fue creciendo con los siglos, como la de Luna, donde se ocultan, como muñecas rusas, hasta siete pirámides, una dentro de la otra. En cuanto al templo, no hubo suerte: estaba destruido intencionalmente y saqueado. Pero aun así, en la fosa de saqueo encontró dos estelas lisas, verdes y metamórficas, y la citada figura de Huehuetéotl.

 
El arqueólogo Alejandro Sarabia muestra la figura de la divinidad.

 
 A Leonardo López Luján, director del proyecto arqueológico del Templo Mayor, no le tocó hacer el descubrimiento, pero le da casi más importancia que su colega. “Yo sí creo que cambia el sentido que se le ha dado tradicionalmente a la pirámide”, nos cuenta desde las excavaciones que dirige junto a la catedral metropolitana del DF, en el lugar en el que los mexicas fundaron Tenochtitlán. “Dicen que la pirámide está consagrada a la lluvia por el hallazgo de figuras de Tláloc, pero representaciones de ese dios se encuentran en todas partes. En cambio, en su base encontramos muchas figuras de jaguares, que simbolizan el Sol y el Fuego del Inframundo. En edificios adosados se descubrieron Xiuhmolpillis, atados de 52 cañas que simbolizan el tiempo materializado, los 52 años que mediaban entre cada ceremonia del fuego nuevo. Y ahora, en la cúspide nos encontramos a Huehuetéotl. Yo conecto todos esos elementos y me hablan de todo un programa iconográfico, de una pirámide dedicada al fuego o al Sol”.

No es el único debate que ha abierto la excavación. Para Sarabia, lo encontrado da pistas de por qué desapareció la civilización de Teotihuacán y lo atribuye ahora sobre todo a disputas internas. “Cuando alguien pierde el poder los dioses son desacralizados y los templos arrasados. Eso pasó varias veces en la historia de Tehotiuacán. Pero de la última ya no se recuperaron”, cuenta. ¿Y cómo sabemos que fue una guerra civil? “El patrón de destrucción es muy teotihucano. Pero además está el Dios del Fuego, arrojado a la fosa de saqueo: Solo a ellos podía no importarles ya aquella figura”, concluye. López Luján discrepa. “La ciudad fue destruida sistemáticamente con fuego, hubo una iconoclastia brutal, se destrozaron todos los símbolos de culto. Si hubiera habido una revolución se habrían destruido solo los símbolos de los gobernantes y sus habitantes hubieran seguido viviendo ahí: por eso creo que fueron pueblos vecinos, hartos de estar sojuzgados”.

Todo son conjeturas. Primero se excava, luego se restauran los objetos encontrados, se limpian y se fijan los pigmentos. En esa fase estamos. Luego hay que hacer informes técnicos y pruebas de carbono 14. En ocasiones se tardan hasta dos años en obtener conclusiones que se puedan publicar en revistas científicas. Y aun así serán teorías. Pero al margen del debate que estos arqueólogos -y amigos- sostienen animadamente por correo electrónico, impresiona examinar la figura de Huehuetéotl. Un día significó mucho para todo un pueblo. Luego fue olvidado y ahora, tras 15 siglos, enigmático, arrugado como un Mr. Magoo milenario, vuelve a hechizar a quienes lo contemplan.
 
Por Bernardo Marín

Fuente: Diario El País (México). 21 de Abril de 2013.

sábado, 1 de junio de 2013

Descubren tumba de una sacerdotisa moche en Perú

La tumba se descubrió en el complejo arqueológico del Sol y la Luna, centro de la civilización Moche, a unos 700 km al norte de Lima.


La sacerdotisa -que podría haber vivido hacia el final de los años 700 d.C.-, está sentada sin cabeza y en su ajuar funerario se hallaron ocho objetos de cerámica, tres de ellos platos con diseños de ofidios y figuras ajedrezadas todos motivos de la cultura Cajamarca (noreste).

El hallazgo en el norte de Perú de la tumba de una sacerdotisa precolombina de la cultura Moche, que se desarrolló entre el 200 y 700 d.C., podría cambiar la historia de la cultura prehispánica de Perú, estimaron este viernes investigadores.

“El descubrimiento de la sacerdotisa de la cultura Moche, en La Libertad (norte), ha puesto en alerta a los arqueólogos ante la posibilidad de estar ante el momento histórico de un punto de quiebre en que esta civilización deja de ser autocrática para dar paso a un segundo y último periodo más abierto, recibiendo influencias externas”, dijo a la AFP el investigador Santiago Uceda.

La tumba se encontró en el complejo arqueológico del Sol y la Luna, centro de la civilización Moche, unos 700 km al norte de Lima.

Según Uceda, la sacerdotisa -que podría haber vivido hacia el final de los años 700 d.C.-, está sentada sin cabeza y en su ajuar funerario se hallaron ocho objetos de cerámica, tres de ellos platos con diseños de ofidios y figuras ajedrezadas todos motivos de la cultura Cajamarca (noreste).

“Los ceramistas Moche eran considerados los mejores del antiguo Perú, lo que nos dice que estamos ante un gran hallazgo”, acotó Uceda.

“Es la primera vez que se descubre evidencia de otras culturas en un entierro Moche”, dijo, tras indicar que además desenterraron textiles de algodón y lana de alpaca.

Hasta este descubrimiento, los arqueólogos creían que la sociedad mochica fue autárquica, muy cerrada y que nunca se abrió al resto de las culturas y civilizaciones de los Andes peruanos, añadió.

La cultura Moche, llamada también Mochica, se desarrolló en la región de La Libertad y se extendió hacia el norte a las regiones Lambayeque y Piura.

“En ese sitio también se han descubierto cinco tumbas más que aún no han sido abiertas, se trabaja con mucho cuidado, pero de hallarse nuevas evidencias, se confirmaría la teoría del quiebre de los dos periodos mochicas”, dijo Uceda.

Asimismo, confirmaría que la huaca del Sol pasó de ser una residencia de sacerdotisas y personajes de élite a convertirse en un palacio, el primero en su género en la costa norte de Perú, y que la élite religiosa fue perdiendo progresivamente su poder hasta su decadencia.

Entre el 2010 y el 2013 en los santuarios del Sol y la Luna se han descubierto 300 tumbas, de las cuales 125 han sido investigadas y registradas.

Fuente: AFP. 31 de Mayo de 2013.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Hallan cientos de esferas de metal en antiguo templo mexicano


Hasta el momento se desconoce qué papel cumplían estos objetos, aunque se presume que podrían ser un tipo de ofrendas de los sacerdotes prehispánicos.

Ciudad de México.- Cientos de extrañas esferas de metal sin origen determinado fueron descubiertas por un grupo de arqueólogos en un antiguo templo mexicano, según reportó el medio Discovery News durante esta semana.

Estas esferas fueron descubiertas por un robot de exploración del Instituto de Arqueología e Historia de México, que equipado con una grabadora recorrió dos cámaras anteriormente cerradas de un templo en la región de Teotihuacán, cerca de Ciudad de México.

Se cree que estos objetos, de entre 4 a los 12 centímetros de tamaño, tendrían al menos 1800 años de antigüedad. Los científicos han señalado que sus núcleos están compuestos de arcilla y otros materiales orgánicos desconocidos, mientras que sus superficies están cubiertas en pirita, también conocido como “oro de los tontos”, dándoles un revestimiento amarillo brillante.

Los arqueólogos señalan que estas esferas podrían haber sido utilizadas como algún tipo de ofrenda, ya que fueron encontradas en una zona anteriormente habitada por sacerdotes. Sin embargo, hasta el momento no se ha podido establecer su funcionalidad dado que es un descubrimiento sin precedentes.

Ahora los expertos se encuentran realizando estudios de estas esferas, junto con otros artefactos encontrados en el templo, para entender qué papel jugaban en la sociedad de esa época.

Fuente: emol. 30 de Abril de 2013

miércoles, 1 de mayo de 2013

Robot detecta tres cámaras milenarias bajo pirámide en Teotihuacán


Los arqueólogos creen que en las habitaciones podrían estar sepultados dignatarios de Teotihuacán, una gran ciudad prehispánica que floreció entre los años 200 y 600 d.C. y está 50 kilómetros al noreste de Ciudad de México.

Ciudad de México.- Un robot provisto de una cámara y un escáner detectó tres habitaciones de más de 2.000 años debajo de la pirámide de la Serpiente Emplumada, en el sitio arqueológico mexicano de Teotihuacán, informa hoy la prensa mexicana.

El robot Tláloc II-TC recorrió unos 25 a 30 metros de la parte final de un túnel descubierto en 2003, de los cuales ya habían sido explorados 76 metros, y reveló la existencia de tres cámaras, en lugar de una como se pensaba, casi al centro de la pirámide.

Los arqueólogos creen que en las habitaciones podrían estar sepultados dignatarios de Teotihuacán, una gran ciudad prehispánica que floreció entre los años 200 y 600 d.C. y está 50 kilómetros al noreste de Ciudad de México.

El robot, manejado por medio de una computadora, ingresó el lunes al túnel, que en total mide unos 120 metros, y captó imágenes del interior. No obstante, la cantidad de lodo que había no permitió culminar la exploración.

“Aunque no resultó como estaba previsto, obtuvimos información importante. Diría que Tláloc II cumplió su cometido en un 70 por ciento”, dijo a medios locales el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, director del proyecto.

“El robot recorrió el último tramo, pero desgraciadamente, con la cantidad de lodo y agua que hay en este lugar, ya no pudo bajar”, agregó.

Sin embargo, en cuanto a información “se superaron las expectativas, ya que se pudo dimensionar la existencia de tres cámaras de aproximadamente diez metros de diámetro al final del conducto prehispánico”.

Los arqueólogos esperan poder culminar con la exploración del túnel este mismo año.

La entrada fue localizada hace dos años a más de 12 metros de profundidad, después de que en 2003 se descubriera el túnel gracias a un hoyo que se formó frente a la pirámide a causa de lluvias.

La pirámide de la Serpiente Emplumada o de Quetzalcóatl, junto a las pirámides del Sol y de la Luna, son algunos de los edificios más relevantes de Teotihuacán.

La ciudad tuvo unos 20 kilómetros cuadrados de extensión, con 2.000 conjuntos residenciales y una población que llegó a ser de 150.000 habitantes.

Fuente: DPA – Diario La Segunda. 23 de Abril de 2013.

sábado, 9 de marzo de 2013

Hallan tumbas prehispánicas en Lima, Perú

 Una de las tumbas descubiertas en el centro deportivo Villa Deportiva Nacional de Lima.


Once tumbas prehispánicas con elementos de cerámica fueron halladas al interior del centro deportivo Villa Deportiva Nacional (Videna), una antigua huaca (santuario) que ha sufrido mutilaciones debido a la construcción de campos de fútbol y hasta por un circo que funciona junto a ella. Los vestigios pertenecen a dos culturas preincaicas que habitaron en la región, informaron arqueólogos que participaron en el descubrimiento.

“Tres de las tumbas pertenecen a la cultura Lima (200 a 700 DC) y ocho a la Cultura Yschma (1100 a 1400 DC) y fueron halladas hace una semanas en la huaca denominada Túpac Amaru B”, dijo a la AFP Fernando Herrera, jefe del proyecto.

Herrera sostuvo que el descubrimiento muestra que esas dos culturas sepultaron a sus muertos en la misma huaca, que anteriormente funcionó como un centro administrativo.

Las diferencias entre las costumbres de una y otra cultura son claras al ver las tumbas. “La cultura Lima enterró a su muertos de cúbito dorsal, de espaldas, sobre camillas de paja y caña, amarrado y cuya cerámica tiene que ver con los colores rojo, negro, blanco y un diseño de peces entrelazado”, explicó.

En cambio la cultura Yschma, que es previa a la llegada de los Incas, los sepultó en cuclillas envueltos en una especie de mantos de paja, y con ofrendas como vasijas de cerámica, se caracteriza por ser roja con pintura blanca.

Herrera indicó que la importancia de estos entierros es que se encuentran intactos, pese a que el 50% del monumento se perdió por las construcciones modernas aledañas.

En uno de los sectores funciona actualmente un circo, a unos metros de la huaca.

La llamada huaca Túpac Amaru B, donde los investigadores encontraron las once tumbas, ha sido por su parte mutilada por un campo de entrenamiento de la Videna, y por un taller metalmecánico.
“Posiblemente en esas zonas ocupadas se encontrarían más restos”, señaló Herrera.


 
 Los vestigios hallados en el centro deportivo Villa Deportiva Nacional de Lima.


El viceministro de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Rafael Varón, dijo que los hallazgos son una muestra de la Lima prehispánica.

“Lo que podemos ver es lo que se ha salvado de siglos de recortes, saqueos y en general de la expansión urbana que ha ido reduciendo y eliminando la gran mayoría de las huacas que había en los tres valles del área de Lima Metropolitana actual”, señaló.

En las próximas semanas investigadores comenzarán los trabajos en los laboratorios para identificar la edad y sexo de las momias.

El viceministro Varón aseguró que se proyecta cercar y construir un acceso particular a las huacas, y que una vez recuperadas se buscará poner en marcha un eje turístico.

Fuente: terra.cl 26 de Febrero de 2013.

martes, 22 de enero de 2013

Descubren “ciudad inca” de Mapocho oculta bajo Santiago de Chile

Croquis de la ciudad de Santiago a fines del siglo XVI, donde aparece en la esquina superior izquierda y junto al río Mapocho los Paredones o Tambillos del Inca.


Este descubrimiento evidencia parcialmente lo que hemos planteado en numerosas investigaciones sobre la existencia, en un remoto pasado, de la civilización de los viracochas en el territorio de Chile, cuyos orígenes se funden en la historia mítica. La propia expansión incásica en el territorio de Chile obedecía a la migración civilizadora de los Viracochas. De ahí que el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales de los Incas (1609), escribiera sobre un reino al sur del Tahuantinsuyo referido por los tucmas al Inca Viracocha:

Te hacemos saber que lejos de nuestra tierra, entre el sur y el poniente, está un gran reino llamado Chili, poblado de muchas gentes, con los cuales no tenemos comercio alguno, por una gran cordillera de sierra nevada que hay entre ellos y nosotros; más, la relación tenemos de nuestros padres y abuelos. Y pareciónos dártela para que hagas por bien conquistar aquella tierra.

Rafael Videla Eissmann



Investigadores chilenos recopilaron pruebas arqueológicas, mapas y escritos que demuestran que Pedro de Valdivia vino a ocupar un territorio fuertemente poblado

Investigadores concluyeron que bajo el casco antiguo de Santiago había una infraestructura incaica de la cual salían caminos en todas las direcciones, de acuerdo al último boletín del Museo Nacional de Historia Natural de Chile publicado en Enero.

El arqueólogo del Museo, Rubén Stehberg y el investigador Gonzalo Sotomayor de la Universidad Andrés Bello reunieron las pruebas de las investigaciones presentadas en 1976, más documentos históricos; y a esto agregaron nuevas evidencias de que bajo la ciudad del casco viejo de Santiago se encontraba la ocupación Tawantinsuyu incaica en los cursos medios de los ríos Mapocho y Maipo.

La ocupación contaba con reyes y autoridades a lo largo de los valles hasta llegar a Mapocho, pero éstos habrían sido muertos durante la conquista de Diego de Almagro.

La ciudad incaica de Mapocho se la comparaba, según escritos demostrados en el estudio, como otra versión de Cuzco, un lugar en que prosperaba la minería y la agricultura.

Se evidencia entonces que Pedro de Valdivia realmente no fundó Santiago, sino que viajó directamente a poblarla y tomar posesión de la ciudad.

“La existencia de este importante asentamiento inca en las márgenes del río Mapocho (Santiago) contaba con un avanzado sistema de regadío y una población indígena abundante”, señalan.

Esto convenció rápidamente a Pedro de Valdivia y sus hombres a establecerse en la zona” a la que luego llamaron “Santiago de Nueva Extremadura”, agregan los investigadores.

La fuerte presencia Tawantinsuyu inca, incluía el célebre camino del Inca, centros de adoración de altura, edificios, viviendas, canales, acequias, chacras y cementerios.

En el año 2000 otras investigaciones realizadas destacaron que “los incas nombraron un gobernador en Aconcagua llamado Quilicanta, el cual habría tenido a su cargo “gente de guarnición” y colocaron otro en la cuenca de Santiago llamado Vitacura, a cargo de “gente de presidio”.

Según el estudio existían dos variantes del “camino del Inca” que se desprendían del valle de Aconcagua para juntarse nuevamente en las cercanías del cerro San Cristóbal.

En el mismo lugar donde los europeos instalaron su Plaza Mayor, la plaza de armas, hay escritos que nombran un “tambo” gigante, característico de los indígenas.

Evidencias de arqueología se encontraron bajo algunos metros de la superficie mientras analizaban la mitad sur de la cuenca del río Mapocho.

Cronistas citados señalaron que a los muertos los “visten con las más privadas ropas que él tenía”, y además le ponen en la mano maíz y frísoles y pepitas de zapallos, y de todas las demás semillas que ellos tienen. Le lían con una soga muy bien y llevan a la tierra la heredad más preciada que él tenía y solía sembrar. Allí hacen un hoyo y le meten un cántaro, olla y escudillas”.

Algunos de los hallazgos provienen de un sitio en la calle Catedral esquina Matucana. Durante el 2001 se exhumaron en el lugar cinco contextos funerarios, con 22 vasijas cerámicas, distinguiéndose piezas Inca Provincial y tres vasijas de la clase Inca Mixta. Se evidenció en otro espacio solo una del tipo Diaguita mixta y el resto de clase inca solamente.

Se encontraron tumbas de jerarcas incas y las dataciones de ocho de éstas evidenciaron que “corresponden a una sólida presencia Tawantinsuyu”, antes de la llegada europea, en el área del actual centro de Santiago.
Numerosa cerámica inca fue encontrada también en la calle Compañía esquina Chacabuco, en la escuela dental, en el puente carrascal, en el cerro Huelen en la calle Alférez Real, Los Guindos en Ñuñoa, en La Reina, en Javiera Carrera, Ñuñoa, Quilicura.

El sector de Huechuraba, Quilicura y Conchalí, se encontraba regado por la “acequia madre de Guachuraba”, de origen prehispánico, según documentos de los años 1545 y 1546. Este canal atravesaba el camino del Inca en un lugar donde se menciona unos paredones, que podrían aludir a una construcción de tiempos incaicos, pese a que no se dice que sean viejos.

Numerosas descripciones de los canales y acequias incas se recopilaron con sus respectivos mapas por Rubén Stehberg y Gonzalo Sotomayor.

Entre ellos, de acuerdo a la información proporcionada por Gerónimo de Vivar, “Don Pedro tenía la intención de poblar un pueblo como el Cusco, a orillas del río Mapocho, donde los indios pudieran venir a servir. Por lo tanto, antes de partir del Perú, ya tenía decidido exactamente a qué valle de Chile quería llegar y el por qué”, describe el informe.

“Don Pedro se puso lo antes posible a la obra de reunir españoles dispuestos a acompañarlo. Al igual que lo hiciera antes Don Diego de Almagro, envió instrucción y dinero para preparar un navío cargado de mercaderías con destino a las provincias de Chile”, agrega.

Antes de llegar a Santiago fueron recibidos por autoridades incas de Mapocho, pero en el valle de Aconcagua y los españoles permanecieron un tiempo en el valle de Quillota, posiblemente explotando los lavaderos de oro de Marga Marga, en una posición cercana al puerto de Quintero, que les permitiría un contacto marítimo.

Grabado del fuerte de Santiaago de Chile. Siglo XVI.


En Enero de 1545, Vivar llegó a la ciudad de Santiago, junto a la expedición del Capitán Alonso de Monroy, que pasó por Atacama en 1544 y llegó a Santiago con sesenta españoles a caballo. Vivar narró los hechos con un mayor nivel de detalle.

“Yo vi muchos cuerpos de indios y de indias y de carneros y de caballos y negros y un español que había ocho años que estaban muertos y algunos cuerpos más de cuando el adelantado Diego de Almagro volvió con su gente de Chile para el Cuzco. Vi muchos de ellos en compás de quince leguas echados dentro de un cercado de piedra tan alto como medio estado y el compás redondo, que los Incas tenían hecho cuando por aquí caminaban”.

Según el Gobernador del Cabildo de Santiago, “en Jueves, XXIV días del mes de Octubre del año de nuestra salud de mil quinientos y cuarenta", según palabras de la antigua descripción “el general tomó posesión en nombre de su majestad del valle de Copiapó y sus indios así como de toda la gobernación que de allí en adelante tenía”.

Describió que venía a “poblar un pueblo como el Cuzco a las riberas del río nombrado Mapocho, y que fuesen allá a darle obediencia en nombre de su majestad”.

Por Anastasia Gubin
Fuente: La Gran Época. 21 de Enero de 2013.

Descubren en México cementerio con cráneos alargados


El Instituto Nacional de Antropología a Historia (INAH) de México informó que arqueólogos encontraron restos de unas 25 personas que presentan deformación intencional del cráneo y mutilación dentaria.


En México investigadores descubrieron en el estado de Sonora (noroeste) un cementerio de unos mil años que alberga cráneos alargados nunca antes vistos en esa región y que amplía la zona de influencia de los pueblos mesoamericanos.

Según informó el Instituto Nacional de Antropología a Historia (INAH), fueron localizados restos de 25 individuos, 13 de los cuales presentan deformación intencional del cráneo, mientras que otros cinco tienen mutilación dentaria.

La arqueóloga Cristina García Moreno destacó que los entierros evidencian que fueron realizados de acuerdo a costumbres que no se habían registrado en los antiguos grupos culturales de Sonora.
Las osamentas portaban ornamentos elaborados con conchas y caracoles como brazaletes, nariguera, aretes y collares. Un individuo fue sepultado con un caparazón de tortuga colocado a la altura del abdomen.

“El área del hallazgo reúne características únicas porque mezcla expresiones de los grupos del norte de México, como el uso de ornamentos elaborados con conchas y caracoles del Mar de Cortés (Golfo de California), con tradiciones de Occidente nunca antes encontradas en este territorio”, agregó.

García Moreno resaltó que no hay otro sitio arqueológico en Sonora donde se hayan identificado modificaciones craneal y dentaria, y tampoco en el suroeste de Estados Unidos, que comparte área cultural con Sonora.

La también directora del proyecto de investigación que realiza la Universidad Estatal de Arizona, señaló que “los grupos culturales más cercanos que desarrollaron este tipo de tradiciones están en el norte de Sinaloa (oeste) que incorporaron a su cultura algunas costumbres del Occidente y Mesoamérica”.

Explicó que basados en fuentes históricas, el sitio debió pertenecer a los antiguos indígenas pimas, grupo cultural de la región cuyos descendientes se desplazaron hacia lo que en la actualidad es el límite estatal Sonora-Chihuahua.

Fuente: teleSUR. 20 de Diciembre de 2012.