domingo, 1 de enero de 2012

Había cazadores en Norteamérica antes que la cultura Clovis


Investigación publicada en la revista Science señala que los humanos cazaban mastodontes al menos 1000 años antes que la cultura Clovis.

Una punta de lanza hallada en los restos de las costillas de un mastodonte han revelado que los humanos cazaban este tipo de animales al menos 1000 años antes que la cultura Clovis, considerada hasta hace poco como la más antigua de Norteamérica.

El equipo del profesor Eske Willerslev, del Centro de Geogenética de la Universidad de Copenhague, junto con el del profesor Michael Waters, del Centro de Estudios de los Primeros Americanos de la Universidad de Texas, concluyeron que hubo cazadores en Norteamérica al menos hace 14000 años, según se indica en la revista Science.

Los hallazgos sugieren que los cazadores que mataron a este animal vivieron antes del surgimiento de la cultura Clovis, surgida hace 13000 años, que se pensaba hasta hace un tiempo que fue la primera cultura humana bien establecida en Norteamérica y ha sido vista como un ancestro común para todos los nativos americanos y tribus en esta región.

“La teoría de que los Clovis fueron los primeros (pobladores), que muchos científicos suscribían hace unos pocos años atrás ha sido finalmente enterrada con las conclusiones de este estudio”, señaló Willerslev.


Tecnología actual

Los Clovis fueron conocidos como cazadores de mamuts, una de las tres especies, junto con los mastodontes y los gonfoterios, clasificados como proboscídeos (mamíferos de gran tamaño).

Pero sus hallazgos, junto con evidencia de otros yacimientos, sugiere que ya había humanos que cazaban mastodontes o mamuts al menos 1000 años antes que los Clovis.

Los fósiles -que fueron descubiertos a fines de los años 70 cerca de Manis, en el estado de Washington-, fueron analizados utilizando técnicas como la espectrometría de masas (que permite analizar con precisión la composición de elementos químicos e isótopos) para datar el carbón en muestras de colágeno de hueso extraídas de la costilla, la punta incrustada y un par de colmillos encontrados en las proximidades del yacimiento.

Sus resultados concluyen que todos estos fósiles tienen la misma edad, aproximadamente 13800 años. También utilizaron un escáner de rayos X de alta resolución para visualizar la parte de la punta incrustada en la costilla que, según han calculado, tenía 27 centímetros de largo.

El equipo analizó además material genético de la costilla y de la punta de lanza que, según descubrieron, estaba a su vez fabricada con hueso de mastodonte.

Los arqueólogos habían apuntado anteriormente a que los cazadores Clovis tuvieron un papel importante en la extinción de los animales de la Edad de Hielo.

No obstante, si bien esto puede ser verdad, ahora se sabe que los cazadores Clovis no fueron los primeros seres humanos en Norteamérica que cazaron grandes animales como mastodontes y se plantean otras causas de la extinción, como el clima.

Fuente: EFE. 20 de Octubre de 2011.

Los mayas tenían una escala musical diferente a la occidental

Músicos mayas en un mural de Bonampak.


Expertos que analizaron 125 instrumentos y llegaron a esta conclusión. Esta nueva escala la han llamado “tipo maya”

México.- Los mayas tenían una “escala musical” muy diferente a la de cinco notas occidentales, dijeron expertos que analizaron 125 instrumentos, entre flautas, ocarinas, trompetas, cornos de cerámica, conchas de caracol, informaron hoy fuentes oficiales.

“Estos artefactos emiten sonidos cuya escala musical no corresponde a la occidental, es decir, tienen una gama propia, que preliminarmente los expertos han definido como “tipo maya”, indicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.

Tras un análisis de arqueoacústica, con estudios de física, etnología e incluso ornitología aplicados a 125 instrumentos, se concluyó que los mayas tenían una “escala musical” muy diferente a la occidental, apuntó.

Después de año y medio de trabajo, los estudiosos han identificado las posibles sonidos que se utilizaban en ceremonias funerarias, agrícolas, para atraer la lluvia e imitar o cazar aves, añadió la institución.

Esta es la primera ocasión que se desarrolla un estudio a estos instrumentos que se encuentran en la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología (MNA).


Escalas con rangos de sonidos más extensos y complejos

Según el INAH, en este trabajo participaron músicos profesionales que se han encargado de arrancar los sonidos a cada instrumentos, identificar sus escalas, sus tonos y semitonos. “Los rangos detectados no corresponden a la música tocada con la escala occidental, gama que los expertos han definido como un posible tipo de “escala maya”, precisó.

Además, se descubrió que la mayoría de las flautas prehispánicas emiten escalas con rangos de sonidos más extensos y complejos comparados con la escala occidental de cinco notas, entre estas la flauta triple de la cual se obtuvieron 600 “rangos sonoros”.

La directora del MNA, Diana Magaloni, explicó que los objetos habían sido analizados por su naturaleza arqueológica, pero faltaba un estudio sobre su funcionamiento como instrumentos musicales.

Añadió que este proyecto de investigación, desarrollado por un grupo de expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del INAH y dirigido por la experta en estudios mayas Francisca Zalaquett, lleva un 90 % de avance y continuará con unos 200 instrumentos prehispánicos de las culturas del Golfo y 40 más de la cultura mexica.


Clasificación de instrumentos musicales mayas

Zalaquett precisó que los instrumentos musicales mayas se clasifican en “idiófonos” como cascabeles y sonajas, “membranófonos” como tambores y “aerófonos” o de viento, entre ellos flautas sencillas, dobles, triples o cuádruples, trompetas creadas con caracoles o de arcilla en forma de caracol, ocarinas y silbatos.

Después de revisar el estado de conservación de cada instrumento, músicos profesionales se encargan de obtener y grabar todos los tonos posibles en condiciones exentas de elementos que distorsionen el sonido, comentó.

“El número de resonancias que se llega a ejecutar varía en cada instrumento, por ejemplo, los silbatos han dado hasta cuatro tipos, las ocarinas hasta ocho o nueve” y la flauta triple hasta 600 combinaciones.

Este estudio, agregó, se ha efectuado en otros museos, centros de investigación y en las zonas arqueológicas mayas del país con el fin de establecer los patrones sonoros de los instrumentos.

Fuente: Diario El Comercio de Perú – EFE. 12 de diciembre de 2011.

Pieza de bronce hallada en Alaska prueba contacto entre Asia y América antes de Colón

Metal no se conocía en el Ártico. Se estima que se hizo en Asia y llegó a América por el Estrecho de Bering.


La misión original del proyecto buscaba entender la respuesta humana al cambio climático en el Cabo Espenberg, Alaska, entre los años 800 y 1400, un período crítico en el Ártico debido al llamado Período Cálido Medieval, en que la Tierra experimentó un alza de la temperatura entre los años 950 y 1250.

Pero, desenterrando una vieja casa esquimal de hace 1.000 años, Jeremy Foin, uno de los expertos a cargo de la investigación, se topó con un extraño objeto: una hebilla de bronce. Sabía que tenía entre sus manos, o bajos sus pies, algo extraño: los inupiat, como se conoció a los esquimales que habitaron la zona, ni ninguna cultura ártica conocían el bronce.

La explicación más plausible era que la pieza -datada en 1.500 años- había sido fabricada en Siberia, Corea, Manchuria o incluso el sur de China, donde el bronce es conocido hace miles de años. Lo que falta responder es cómo esta pequeña pieza llegó ahí. John Hoffecker, de la Universidad de Colorado, y quien dirigió el proyecto, tiene dos teorías. “Una es que pudo ser comercializada a través del Estrecho de Bering por otros inupiat que se encontraban en la costa asiática o que los ocupantes del Cabo Espenberg llegaron desde Siberia a Alaska hace unos 1.500 años y trajeron el objeto con ellos desde Asia”, dijo a La Tercera.

El hallazgo, explica el experto, habla de un nutrido intercambio cultural entre Asia y América, incluso, antes de la llegada de Colón. “Las personas que vivían a cada lado del estrecho eran un solo pueblo (inupiat). Hablaban el mismo idioma y tenían lazos familiares. Esto sigue siendo así incluso hoy, a pesar que la guerra fría separó familias. Un nativo una vez me dijo que veía al Estrecho de Bering como un gran río”, dice Hoffecker.

Los arqueólogos creen que la pieza podría ser parte del ornamento de un mazo o del arnés de un caballo. Para determinarlo, contactaron a Kory Cooper, experto metalúrgico prehistórico, quien estudiará la pieza.

Fuente: Diario La Tercera. 18 de Noviembre de 2011.